
Acrílico sobre tela.
1.3 m X 2m
Le asiste la urgencia del grito, del estremecimiento visceral y la oscura proyección de sus símbolos sobre la realidad inmediata. Sin embargo, el discurso de este joven artista es mucho más íntimo y cordial, nos advierte la falta de espiritualidad latente en la marginalización, segregación y depauperación de la vida urbana; como un bisturí que rasga cada vez más profundo, hasta detenerse en el hallazgo insólito de la esperanza.
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